TODOS ESCUCHAMOS LA TRANSMISIÓN ÓSEA. TODOS LOS DÍAS.

Cuando comemos galletas, el crujido que oímos es la vibración que circula desde nuestros huesos faciales hasta nuestro oído interno. Escuchamos sonidos de transmisión ósea cuando comemos, bebemos o nos rascamos la cabeza. También nos escuchamos hablar en parte a través de la conducción ósea, por eso percibimos nuestra propia voz de manera diferente a las otras personas escuchan.

BONE CONDUCTION HEADPHONES

Aprovechando este fenómeno natural, los transductores de conducción ósea guían la micro-vibración a través de los pómulos a los oídos internos, transmitiendo el sonido sin necesidad de taparlos o cubrirlos.

Conducción ósea

La vibración atraviesa el hueso facial (tímpano de derivación) hasta alcanzar la cóclea.

Conducción aérea

La onda de sonido atraviesa el canal auditivo y el tímpano hasta alcanzar la cóclea.